Entrevista: Damián Sileo
“¡Hola! ¡Me encantan los periodistas! ¡Son mejores que los psicólogos! Soy Frak Dinson, una bolsa de un montón y de una nada, je je”, arranca diciendo este artista al que se podría calificar de excéntrico, en un primer momento, pero que a lo largo de la charla demuestra que es cosa seria. Y continúa:
“Soy la desilusión y el fracaso al
mismo tiempo que un motivador y un sueño en proceso. Un Artista de la Música
desde hace 35 años, más de los que reinó el Rey David sobre Jerusalén, je je.
Toqué en todos lados, compartí
escenarios con los más destacados y con los que recién empezaban. Me junté con
los buenos y los malos; los dos me enseñaron.
En los comienzos la motivación fue
la misma que la de ahora, no me caben los mentirosos, los conspiradores, los
que siembran discordia, los chismosos y los que ponen trabas para el Reino de
los Cielos.
Soy amigo del reventado, del
intrascendente, me gusta hablar con los muchachos más grandes, y cuantos más
años tengan mejor. Soy de los que creen que a veces la mala palabra es la
palabra apropiada. Soy Militante del respeto y al que no me respeta, lo respeto
más, para no ser como él. Soy Contestatario. Mi Maestro me enseñó a ir a
contramano, pero no como los progres de hoy en día, que son Faraones de sus ideologías
vacías. Sino como Jesús, que era oposición y rebeldía en serio, sin cosmética y
sin arbitrariedad.
Me considero un estudioso de la
música, al revés de lo que creen los que piensan que soy un hippie. Me veo como
un paria, un huérfano de algo, un "cachichien", je, je. Muy
acostumbrado a las obligaciones. Soy un sembrador de cosas y cosos.
Un artista sin causa es un
mercader; no es un artista, trabaja de artista. A mí me comió el personaje, yo
soy artista, porque nunca nadie me pagó. Yo mismo invertí en ridículos y
puestas escénicas para ser una marioneta del sistema”.
Vaya intro autobiográfica la de
este experimentado músico que no deja de sorprender tras cada palabra. La
charla daba para que siga su monólogo, pero el tiempo es tirano, y el espacio también,
por lo que arremetemos con el cuestionario predeterminado, a lo que Frak
también accedió gustoso a responder.
¿Qué fue –o quién fue- lo que te
hizo conocer a Dios? ¿Cómo fue esa experiencia que te llevó a que hoy compartas
tu fe a través de tus canciones?
A Dios no lo terminás de conocer
nunca. A veces dudo que podamos conocerlo en toda su magnitud aún en su
presencia (sólo si Él lo permite).
Pienso que mis padres, abuelos,
tíos y tías en un principio, luego referentes varios, pero las experiencias
personales son las que más nos llevan a conocerlo.
El 2020 supuso un año de
detenimiento por parte del mundo artístico, sin embargo, te animaste a producir
un disco y a cerrar el año con un show on line casi como si nada hubiese
pasado. ¿Qué te motivó a hacerlo y cuáles fueron tus sensaciones en ese concierto,
al actuar delante de una cámara, sin el rebote habitual del público presente?
Todos sabemos lo que pasa cuando un
virus afecta una computadora. De la misma manera fue afectada la matriz de
todas las áreas.
No me alcanzaría el tiempo para
hablar de todo este ridículo social que hemos, estamos y vamos a pasar como
sociedad.
El día negro deja en evidencia a
cobardes, alarmistas, indoctos, temerarios, negacionistas, fanáticos, etc. Pero
también se ven los que tienen luz. Son muy poquitos y son del Reino; a ellos
hay que escuchar.
La causa es más grande que nosotros
mismos y Dios siempre se sirve de valientes. Mejor equivocado por valentía que
conforme por miedo.
Entendíamos que la sangre que está
afuera en el dintel, cuidándonos del Ángel de la muerte, era la del Cristo y
seguimos trabajando.
Tengo un equipo de trabajo muy
valiente. ¡Me recuerdan a los 33 valientes! Lo demás lo hizo posible el poder
que viene del alto.
¿La cuestión social pesa mucho a la
hora de componer, o buscás separar tus vivencias personales de lo que pasa
alrededor? ¿En qué se centra el resto de tus canciones?
Yo pienso que la música es una
herramienta para enamorar a Dios.
¿Cuánto de Frak Dinson hay en “Pibe
Pillo”? Suena a autobiografía envuelta en miles de metáforas. ¿Es tan así?
Pibe Pillo somos todos y hace una
analogía con la vieja historia del Hijo Pródigo. Pibe Pillo es una parte de
nuestras vidas. Cuando hacemos la nuestra y vamos por calentura tras objetivos
efímeros y sin sustancia. Pibe Pillo destaca que la verdad siempre es volver a
casa, volver a Dios.
¿Cómo afrontarás este 2021 que
intenta hacernos volver a la normalidad, o a lo que se viene llamando, la
“nueva normalidad”?
Pienso que hay dos verdades: una es
la que vemos y otra es la que no se ve. Nadie puede negar el contexto actual,
pero Dios está ahí, preparado para mostrar su poder. Esa es la única
certidumbre que tenemos sobre el futuro.
Por nuestra parte, seguiremos haciendo
nuestro trabajo, que es fabricar arte.
Prensa y difusión: Damián Sileo
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