Marcos
Witt presenta una nueva canción que grabó recientemente en vivo en la iglesia
Hosanna Woodlands, durante una noche de adoración convocada por los pastores
Harold Guerra y Elena Witt-Guerra. Se titula «Santo río de Dios», fue producida
por Chris Rocha y Marcos Witt y es un tema de
adoración
cuyos versos se centran en permitir que la presencia de Dios fluya en la vida
de sus hijos, rindiéndole el control de sus vidas.
Marcos
Witt compuso esta canción en el verano de 2018, horas antes de tomar un avión
para visitar a Julio Melgar en Guatemala. Al mantenerse continuamente en
contacto los dos por teléfono y WhatsApp durante ese año, Marcos programó un
viaje para pasar algunos días con él. «Le dije: “Julio, tengo ganas nada más de
ir a pasar unos días y honrarte, y estar ahí contigo”».
La
mañana en que iniciaba ese viaje, Marcos Witt se despertó con una canción en su
mente. «Estaba haciendo mis maletas y de repente esta canción… “Fluye en mí,
santo río de Dios…” fue una de esas canciones de cinco minutos que me dicta el
Espíritu Santo… y corrí a mi piano, la toqué, la grabé, y con eso me fui a
Guatemala, con esa canción dando vueltas en mi cabeza», narra Marcos.
«Julio
siempre hablaba de zambullirnos en la presencia de Dios, de dejarnos envolver
por su presencia, y eso ejemplificaba con su vida, con su ministerio», recuerda
Marcos. Así, «Santo río de Dios» fue grabada «en honor y en memoria de nuestro
querido Julio Melgar y el legado que nos dejó», manifiesta.
Esa
noche de adoración en Hosanna Woodlands también se grabó el videoclip de «Santo
río de Dios», que cuenta con la participación de Harold y Elena, Job González,
Eunice Rodríguez y Josué Del Cid. «Algo que inspiró mi vida de parte de Julio
fue su humildad y su sencillez», recuerda Eunice, «pero si hay algo que resalta
más para mí es la manera en que se subía a cualquier plataforma y dejaba que el
Espíritu Santo tomara el control». Por su parte, Job González comenta: «Julio
me decía: “No busques al Señor porque alguien más lo está haciendo, sino porque
quieres estar con él”. Y cada vez que yo tengo la oportunidad de estar en la
plataforma o frente a la gente, o aun en mi
intimidad
con Dios, lo busco porque anhelo y quiero estar con él, y eso es algo que Julio
siempre, siempre me recordaba».
Por
su parte, Josué Del Cid resalta sobre Julio Melgar: «Meditaba en lo que también
sus generaciones van a hacer y eso también nos inspira en gran manera, después
de haber visto su perseverancia, su fe, su amor, su entrega, también verlo eso
reflejado en sus hijos. También oramos por sus hijos, por su
familia
y creemos que también el Señor va a seguir haciendo cosas grandes y sus
generaciones, sus hijos, los hijos de sus hijos, van a seguir levantando ese
altar de adoración al Señor».
«Julio
Melgar dijo que nosotros buscamos los milagros cuando los milagros están
sucediendo todos los días alrededor nuestro y solo es cuestión de fijarse en
ellos. Eso me impactó tanto…», dice ElenaWitt-Guerra, «y verlo también adorar a
pesar de lo que estaba pasando, su situación, fue algo tan emocionante saber
que hay adoradores que, verdaderamente, no importa lo que esté pasando, van a
seguir adorando, van a seguir dando gracias por ese milagro, aunque no lo vean
en lo físico; están viendo los milagros que suceden alrededor de ellos en cada
momento».
«Detrás
de cámaras, cuando no estaba cantando, cuando no estaba enfrente de mucha
gente, Julio era el mismo. Lo recuerdo las veces que tuve la oportunidad de
compartir con él en algún evento; siempre me animó, primero, como compatriotas
que éramos, guatemaltecos, y luego, como adoradores», expresa por su parte
Harold Guerra. «Así que es alguien a quien siempre voy a recordar como una
persona amorosa, con un legado gigantísimo, y como alguien que levantaba el
nombre de Jesús en alto donde quiera que iba y con quien quiera que estuviera»,
concluye.
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