La felicidad es un concepto
difícilmente medible y se circunscribe al ámbito personal, pero el lugar en el
que se vive pesa en la forma de percibir y encarar la vida.
Última macroencuesta de la empresa de
mercados WinGallup International, realizada en 65 países, vuelve a demostrar
que la riqueza y el desarrollo económico no son sinónimo de altas tasas de
felicidad. Los habitantes de las Islas Fiyi, los colombianos y los nigerianos
son los ciudadanos de los tres países donde la gente declara ser más feliz, a
tenor de la encuesta de fin de año del 2014 y donde también el porcentaje de
tristes es realmente escaso. Cada lugar tiene sus propias características, pero
en una visión general de los datos recogidos en este macroestudio en el que se
han encuestado a 64.000 personas, Oceanía, la franja de Oriente Medio y el
Magreb y Europa occidental (la vieja Europa) aparecen con los porcentajes más
altos de ciudadanos que dicen ser infelices (14,13 y 11% respectivamente). Y
Europa, además, tiene en sus fronteras a seis de los diez países más
entristecidos del mundo: Grecia, Rumanía, Francia, Bulgaria, Letonia e Italia.
En cambio, el continente Africano (al margen de la zona Norte) aparece
retratado como el más feliz, con un 83% de ciudadanos que dicen serlo, seguido
de Asia, con el 77%.
VALORACIÓN, INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS
No se trata de tomarse los datos al
pie de la letra, pero sí de observar estas tendencias ya que, según explica el
psicólogo Rafael Santandreu -autor del libro Las gafas de la felicidad (Ed.
Grijalbo)-, se ha visto a lo largo de toda la historia que los países más
opulentos, si bien es cierto que crean muchas oportunidades, estas son un arma
de doble filo ya que fácilmente los deseos legítimos de cada persona se
convierten en necesidades irracionales. El desarrollo económico puede producir
también, indica, grandes exigencias personales que crean problemas. "La
gente acaba autoexigiéndose tener una vida emocionante, tener hijos, alcanzar
metas.., nos exigimos mucho a nosotros mismos y a los demás, que no es lo mismo
que tener deseos, y una sociedad de este tipo necesita de una educación en
valores, psicológica, filosófica y también espiritual que ahora no
tenemos", indica Santandreu.
En este macroestudio, Finlandia
aparece como el país más feliz de Europa (un 80% de sus ciudadanos encuestados
dicen ser felices), un país desarrollado pero en el que, según la observación
de este psicólogo, rige un sistema capitalista "muy poco capitalista"
con niveles impositivos muy altos, lo que supone un reparto de la riqueza, con
un sentido de la colaboración social y muy conectado con la naturaleza.
Elementos que se consideran importantes en este impacto sobre el bienestar
interior de un país.
España aparece con un 55% de
ciudadanos que se declaran felices frente, por ejemplo, al 42% de los
franceses, una media ligeramente superior a la de la Europa occidental. En
términos comparativos con respecto a la encuesta del 2013, la felicidad global
ha dado un salto del 10% mientras que en España también ha aumentado.
Fuente: protestantedigital.com
No hay comentarios.
Publicar un comentario